La ministra de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, Elma Saiz, anunció el jueves su plan para reformar el sistema de incapacidad temporal, que abarca las bajas laborales, con el fin de ofrecer mayor flexibilidad a los trabajadores que deseen reincorporarse de manera gradual. En la actualidad, la normativa prohíbe trabajar durante una baja médica, lo que puede resultar en la pérdida de prestaciones si se viola esta regla.

En un desayuno de trabajo organizado por Nueva Economía Fórum, Saiz explicó que se buscará garantizar la salud de los empleados mientras se permite su regreso al trabajo en ciertas circunstancias. Comparó esta reforma con los recientes cambios en el sistema de pensiones, que permiten a los jubilados combinar su trabajo con la percepción de pensión. La intención es implementar un sistema de baja flexible que facilite una reincorporación parcial, evitando el retorno abrupto que ocurre en la actualidad.

La ministra citó ejemplos como tratamientos de cáncer o situaciones de pluriactividad, donde un trabajador podría estar de baja en una actividad y aún ser capaz de desempeñarse en otra. “Queremos ofrecer más flexibilidad para que no sea un todo o nada”, enfatizó. Además, mencionó que se formará un grupo de trabajo para abordar esta reforma en un marco de diálogo social, buscando el consenso necesario para adaptar el sistema a las nuevas realidades.

El anuncio generó reacciones cautelosas en sindicatos como UGT, que subrayaron la necesidad de prevenir bajas laborales de manera más eficaz y asegurar un tratamiento adecuado para los trabajadores. En cuanto a la flexibilidad propuesta, se cuestionó cómo podría coexistir la capacidad e incapacidad laboral en un mismo trabajador.

Carlos Bravo, de CCOO, también expresó su preocupación, señalando que hablar de voluntariedad puede generar incertidumbre para aquellos en incapacidad temporal. Destacó que si un médico considera necesaria la baja, aceptar una propuesta como esta sería complicado. La creciente relevancia de las bajas laborales se ha visto impulsada por el aumento del gasto en la Seguridad Social desde la pandemia y el colapso en la atención sanitaria pública.

El gasto en subsidios por incapacidad temporal ha crecido un 17,6% en los primeros ocho meses de 2024, alcanzando los 10.422 millones de euros. Este aumento, que representa el 86% del presupuesto anual estimado para este concepto, ha llevado a la Seguridad Social a elevar su previsión de gasto en 3.200 millones de euros. Bravo también indicó que este incremento en el gasto se debe a diversos factores, como el aumento de la población trabajadora y los retrasos en la atención médica.